Estoy hasta los cojones. De todo. De todos. De vosotros. Estoy hasta los cojones de ti. De los que vais a leer esto y de los que no. No puedo. ¿Más claro? Ahí voy.
falling down (un día de furia)
Joel Schumacher/Michael Douglas
Un ciudadano de "a pie" desata sus instintos violentos y autodestructivos contra una sociedad injusta y opresiva, todo a raiz de un día de lo más estresante. Los Ángeles: en la mañana del día más caluroso del año, las autopistas están colapsadas. Soportar la terrible presión de las grandes ciudades puede provocar la ira de cualquier ciudadano. Pero Bill Foster (Michael Douglas) está dispuesto a vengarse. Foster sólo intenta regresar a casa, pero en vez de eso se dirige hacia una pesadilla urbana. Es un hombre ordinario en guerra con las frustraciones de cada día…
Un día de furia es una película sobre la tensión y la frustración que genera en muchas personas la vida moderna en las grandes ciudades. El personaje protagonista del filme decide enfrentarse a las adversidades, y lo hace de forma violenta. Otras muchas personas en la vida real quisieran enfrentarse también, aunque de forma menos violenta, pero no lo hacen por civismo, y a cambio sufren estrés y otros males resultantes de la tensión.
Me gusta mucho la diferencia de contenido del título español y del original. Mientras un día de furia habla de la fuerza y la violencia del protagonista, el título original nos habla de su debilidad y de su estrépito, de la caída irremisible a los infiernos. Ambos títulos son acertados y complementarios, pues la película tiene de los dos. Así me siento por momentos, y otras veces no. Pero quiero hablaros de esos momentos. A aquel que me quiera escuchar, que no oir.
Camino entre mierda a diario, de todo tipo. Yo estoy muy manchado ya, contagiado. Qué asco. Camino entre prepotencia y egoísmo, camino entre ineptitud y falta de compromiso, entre falta de profesionalidad, entre estúpidos, y tontos, camino entre narcisistas, ombliguistas. Me tenéis harto. Por momentos voy a mandarlo todo al carajo, por momentos seguiré tragando. Quina.
Me tocan los cojones las poses. Muchísimo. Cada día mucho más. Las poses de la gente. No sé qué coño quiere aparentar cada uno. Vistiendo por ejemplo, parece que uno quiere aparentar progresismo, o señorío, o éxito, o fracaso, o jipismo. Pero cada uno es libre. Y yo soy libre de estar hasta los cojones del pañuelo en la chaqueta y de las sudaderas de puma. Joder las modas cómo se aprovechan. Estoy hasta los cojones de ver como alguien te miente sobre el asunto más irrelevante para mantener su pose. De qué vas? De rico, de bueno, de independiente, de intelectual? Pero gilipollas, tú eres tonto? Sí, lo eres (deja que conteste por ti). Gente incluso con buen corazón que navega sin rumbo entre pose y pose.
Me tocan los cojones los narcisistas, decía. Aquellos de vosotros, que sois muchos, que tenéis la capacidad de tener pendiente a otras personas, de acudir a una cita de cada veinte, la capacidad de no contestar al teléfono cuando os dé la gana, de no devolver la llamada. De pensar que a mí me llamarán cuando me pase algo, vendrán a verme porque soy yo, después de llevarte toda tu puta vida sin tener esos detalles con las personas que esperas que estén ahí cuando tú quieras. El narcisista es un ser cabrón, generalmente, porque cuando recibe su propia medicina le jode tanto como al que no lo es. Ahí está el fallo del narcisista, no su narcisismo en sí.
Lo peor del mundo es el narcisista que guarda la pose de ser todo lo contrario. Joder, claro que me he encontrado a gente así, menuda mezcla. A gentuza que espera que soportes todo lo que le salga de los cojones porque sí y encima quiere aparentar ser desprendido, generoso, comprensivo, solidario. Menudos cabrones hay por ahí sueltos. Fuera de mi vista, a la cuneta, ya que se convierten en invisibles ante mis ojos.
cambio_change_exchange_wechsel. Recuerdo que de niño iba de paseo con mis padres y algún abuelo. Me recuerdo en Bilbao, con ellos, e ir al cajero acompañándolos, en la Alameda Recalde, muy cerca de Plaza Moyua. Siempre tenía la sensación de ser acompañante y no protagonista. El banco estaba cerrado, mi hermano jugaba a ser él quien era capaz de extraer billetes de la máquina, a saberse la clave, a ser mayor. Yo todavía era tan niño que ni siquiera jugaba a serlo, pero sí me recuerdo siempre con la mirada clavada en la pizarra de cambio de monedas. Las banderas de España, Gran Bretaña, Francia y Alemania Federal estaban acompañadas de los valores de cambio-change-exchange-wechsel. Siempre me fascinaron esas palabras, y por supuesto las banderas, era una época de descubrimiento de mapas políticos y selecciones de fútbol, de Parvulín tecleo y de Rumenigge, Platini, Kevin Keegan y López Ufarte. El panel negro y plisado y las letras blancas, un conjunto completamente analógico y manual. Fue el descubrimiento de los distintos valores económicos de cada moneda, y la traducción entre unas y otras.
El paisaje de traducciones de valores sigue vigente, siempre seguirá vigente. La especificidad estriba en el modo de traducción que hace cada persona de qué es valioso y cuánto. Es decir, en el soporte. En la pizarra negra y plisada. Más incluso que en las letras blancas. Las letras son en muchos casos una consecuencia del soporte de cada uno. Hablo de todas las acepciones que tiene el término valor y de un orden cualitativo entre ellas, de la escala o escalera de valores. Es muy difícil no perder el norte en ocasiones, apurados por ritmos de vida cercanos al vértigo que empobrecen mentes y enriquecen a vendedores de sofás y televisores. Aunque supuestamente la escala de valores fue inculcada anteriormente al vértigo. Y actuamos por comparación.
Nos comparamos con la persona de al lado para todo. Comparaciones intelectuales, físicas, económicas, de carisma, de arrojo. Malo. Muy malo. De pequeño te dijeron que tu escala de valores era según sea la del vecino? O te dijeron qué era importante y qué era menos importante? Te dijeron que lo importante es ser buenas personas, educadas, comprensivas… o te dijeron que lo importante es tener un coche más grande que tu “amigo”? la envidia es tu valor? qué es importante para ti? Cuáles son tus valores? La competencia a menudo es un mal valor, ya que suele ser mal interpretado su significado.
Mis valores deseados (probablemente no conseguidos) son los de tratar a tu prójimo como te gustaría que te trataran a ti, sin poses, sin narcisismos. Así de simple. Por comparación, sí. Pero qué manera tan distinta de comparar. Mandando las cifras y las letras blancas a freír espárragos y quedándonos únicamente con nuestra pizarra negra plisada. Cultivar relaciones, las que uno crea que merecen ser cultivadas, a veces sólo regando, y otras teniendo que usar azada, pala, pico.
Y el futuro. Mi próxima paternidad me hace vibrar ya. Sé que voy a ser más feliz, sé que voy a tener infinitas satisfacciones, que tendré decepciones, desilusiones, sé que me equivocaré y él/ella se equivocará, e incluso me hará sufrir, reír y llorar, pero sobretodo sé que será un amor incondicional, sin poses, sin narcisismos, todo a impar y negro, y ganaré siempre. Así es la familia, al menos la familia que yo he conocido, humana e incondicional, humana pero incondicional. Según consideréis la humanidad buena o mala. La vuelta a la familia, al menos en mi caso, es un proceso que se inició hace ya algunos años, por su incondicionalidad y su autenticidad. Y cada día pesa más en la balanza respecto a otras relaciones. Así que, me parece muy respetable que se manifiesten en pro de la familia, de hecho me parece genial. Pero de la familia auténtica e incondicional, no de la familia convencional. Su composición me es indiferente.
falling down (un día de furia)
Joel Schumacher/Michael Douglas
Un ciudadano de "a pie" desata sus instintos violentos y autodestructivos contra una sociedad injusta y opresiva, todo a raiz de un día de lo más estresante. Los Ángeles: en la mañana del día más caluroso del año, las autopistas están colapsadas. Soportar la terrible presión de las grandes ciudades puede provocar la ira de cualquier ciudadano. Pero Bill Foster (Michael Douglas) está dispuesto a vengarse. Foster sólo intenta regresar a casa, pero en vez de eso se dirige hacia una pesadilla urbana. Es un hombre ordinario en guerra con las frustraciones de cada día…
Un día de furia es una película sobre la tensión y la frustración que genera en muchas personas la vida moderna en las grandes ciudades. El personaje protagonista del filme decide enfrentarse a las adversidades, y lo hace de forma violenta. Otras muchas personas en la vida real quisieran enfrentarse también, aunque de forma menos violenta, pero no lo hacen por civismo, y a cambio sufren estrés y otros males resultantes de la tensión.
Me gusta mucho la diferencia de contenido del título español y del original. Mientras un día de furia habla de la fuerza y la violencia del protagonista, el título original nos habla de su debilidad y de su estrépito, de la caída irremisible a los infiernos. Ambos títulos son acertados y complementarios, pues la película tiene de los dos. Así me siento por momentos, y otras veces no. Pero quiero hablaros de esos momentos. A aquel que me quiera escuchar, que no oir.
Camino entre mierda a diario, de todo tipo. Yo estoy muy manchado ya, contagiado. Qué asco. Camino entre prepotencia y egoísmo, camino entre ineptitud y falta de compromiso, entre falta de profesionalidad, entre estúpidos, y tontos, camino entre narcisistas, ombliguistas. Me tenéis harto. Por momentos voy a mandarlo todo al carajo, por momentos seguiré tragando. Quina.
Me tocan los cojones las poses. Muchísimo. Cada día mucho más. Las poses de la gente. No sé qué coño quiere aparentar cada uno. Vistiendo por ejemplo, parece que uno quiere aparentar progresismo, o señorío, o éxito, o fracaso, o jipismo. Pero cada uno es libre. Y yo soy libre de estar hasta los cojones del pañuelo en la chaqueta y de las sudaderas de puma. Joder las modas cómo se aprovechan. Estoy hasta los cojones de ver como alguien te miente sobre el asunto más irrelevante para mantener su pose. De qué vas? De rico, de bueno, de independiente, de intelectual? Pero gilipollas, tú eres tonto? Sí, lo eres (deja que conteste por ti). Gente incluso con buen corazón que navega sin rumbo entre pose y pose.
Me tocan los cojones los narcisistas, decía. Aquellos de vosotros, que sois muchos, que tenéis la capacidad de tener pendiente a otras personas, de acudir a una cita de cada veinte, la capacidad de no contestar al teléfono cuando os dé la gana, de no devolver la llamada. De pensar que a mí me llamarán cuando me pase algo, vendrán a verme porque soy yo, después de llevarte toda tu puta vida sin tener esos detalles con las personas que esperas que estén ahí cuando tú quieras. El narcisista es un ser cabrón, generalmente, porque cuando recibe su propia medicina le jode tanto como al que no lo es. Ahí está el fallo del narcisista, no su narcisismo en sí.
Lo peor del mundo es el narcisista que guarda la pose de ser todo lo contrario. Joder, claro que me he encontrado a gente así, menuda mezcla. A gentuza que espera que soportes todo lo que le salga de los cojones porque sí y encima quiere aparentar ser desprendido, generoso, comprensivo, solidario. Menudos cabrones hay por ahí sueltos. Fuera de mi vista, a la cuneta, ya que se convierten en invisibles ante mis ojos.
cambio_change_exchange_wechsel. Recuerdo que de niño iba de paseo con mis padres y algún abuelo. Me recuerdo en Bilbao, con ellos, e ir al cajero acompañándolos, en la Alameda Recalde, muy cerca de Plaza Moyua. Siempre tenía la sensación de ser acompañante y no protagonista. El banco estaba cerrado, mi hermano jugaba a ser él quien era capaz de extraer billetes de la máquina, a saberse la clave, a ser mayor. Yo todavía era tan niño que ni siquiera jugaba a serlo, pero sí me recuerdo siempre con la mirada clavada en la pizarra de cambio de monedas. Las banderas de España, Gran Bretaña, Francia y Alemania Federal estaban acompañadas de los valores de cambio-change-exchange-wechsel. Siempre me fascinaron esas palabras, y por supuesto las banderas, era una época de descubrimiento de mapas políticos y selecciones de fútbol, de Parvulín tecleo y de Rumenigge, Platini, Kevin Keegan y López Ufarte. El panel negro y plisado y las letras blancas, un conjunto completamente analógico y manual. Fue el descubrimiento de los distintos valores económicos de cada moneda, y la traducción entre unas y otras.
El paisaje de traducciones de valores sigue vigente, siempre seguirá vigente. La especificidad estriba en el modo de traducción que hace cada persona de qué es valioso y cuánto. Es decir, en el soporte. En la pizarra negra y plisada. Más incluso que en las letras blancas. Las letras son en muchos casos una consecuencia del soporte de cada uno. Hablo de todas las acepciones que tiene el término valor y de un orden cualitativo entre ellas, de la escala o escalera de valores. Es muy difícil no perder el norte en ocasiones, apurados por ritmos de vida cercanos al vértigo que empobrecen mentes y enriquecen a vendedores de sofás y televisores. Aunque supuestamente la escala de valores fue inculcada anteriormente al vértigo. Y actuamos por comparación.
Nos comparamos con la persona de al lado para todo. Comparaciones intelectuales, físicas, económicas, de carisma, de arrojo. Malo. Muy malo. De pequeño te dijeron que tu escala de valores era según sea la del vecino? O te dijeron qué era importante y qué era menos importante? Te dijeron que lo importante es ser buenas personas, educadas, comprensivas… o te dijeron que lo importante es tener un coche más grande que tu “amigo”? la envidia es tu valor? qué es importante para ti? Cuáles son tus valores? La competencia a menudo es un mal valor, ya que suele ser mal interpretado su significado.
Mis valores deseados (probablemente no conseguidos) son los de tratar a tu prójimo como te gustaría que te trataran a ti, sin poses, sin narcisismos. Así de simple. Por comparación, sí. Pero qué manera tan distinta de comparar. Mandando las cifras y las letras blancas a freír espárragos y quedándonos únicamente con nuestra pizarra negra plisada. Cultivar relaciones, las que uno crea que merecen ser cultivadas, a veces sólo regando, y otras teniendo que usar azada, pala, pico.

Qué bien me he quedado
Qué bien voy a dormir, al menos hoy
Salga el sol por Antequera