Realmente estas no son geishas, son dos aprendizas de geishas, dos maikos, las únicas que se prestaron a fotografiarse con nosotros, en la calle shijo-dori, en pleno corazón del distrito de gion en la ciudad de kyoto, uno de los lugares más bellos y fascinantes que he conocido, por sus construcciones, su extraño ajetreo de taxis y coches con cristales tintados, su paz tensa, sus noches artistas y sordidas por igual, y sobretodo por estas extrañas criaturas, musas japonesas, vampiros que se deslizan entre callejuelas de madera. pura fantasía
viernes, 24 de noviembre de 2006
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