lunes, 22 de enero de 2007

BABEL

Desde hace años me gusta ir al cine guiado por el son que marcan los distintos directores que han conseguido captar mi atención con alguna peli anterior. A veces me dejo llevar por la intuición, la recomendación y pocas veces por algún actor. Los directores suelen llevarse el honor de mis seguimientos.
Desde amores perros siento que estoy en deuda con gonzález iñárritu. Amores perros es de esas películas que te dejan sin respiración, conmovido, aliviado e inmóvil, te hace pensar en muchas cosas. Iñárritu propone historias cruzadas, entrelazadas, con aparentes saltos temporales que el espectador va tejiendo durante el transcurrir de los minutos. Distintas capas sociales-económicas y afectuosas, relaciones sentimentales y fraternales, familiares, adulteras. Todas se mezclan y entremezclan, juntos pero no revueltos. Cualquier diferencia social, económica, cultural y racial (muy presente en sus pelis) es puesta de manifiesto. La condición humana. Las distintas maneras de actuar y reaccionar de cada cual siempre ante situaciones límite. Es probable que sea una de las mejores maneras de conocer a las personas. En las poquísimas situaciones límite que he vivido he observado mucho, y he aprendido mucho. Pero gracias a dios soy un aficionado ante el talento de iñárritu. Y el azar. La crudeza de situaciones límites a menudo causadas por acciones azarosas, aparentemente sin importancia, pueden resultar clave en la vida y las relaciones que uno puede tener. Con el azar me gana iñárritu y me gana medem, jeannet.
No es tan buena babel, vaya por delante, pero es una peli de iñárritu. Y eso es mucho. escenas de congoja, momentos agrios, angustia, alivio… de nuevo el azar, la condición humana, el egoismo, los saltos. Pero hay ratos de desconexión. Quizá el problema fue mío y no de la peli, no estoy seguro, pero no me mantuvo firme de principio a fin. Eso lo echo de menos. Qué pena. Qué lástima. Pero es que el listón estaba demasiado alto.
Y una curiosidad final. El espectador tipo. No es el adecuado para este autor. Llamadme elitista. Vale. Iñárritu ha crecido y los mejores quieren trabajar con él. El reparto ahí lo tenéis, por ejemplo. La promoción es muy superior a sus anteriores. Llevada en volandas a triunfar en los oscars. Y claro, todo el mundo quiere ir a verla. Y te ocurre que con los créditos iniciales uno escucha carrusel deportivo a través de unos auriculares demasiado altos de alguien que no debía estar en esa sala. Y en los créditos finales hay gente desencantada, creo que iban en busca de alguna superproducción, no de cine, aunque éste esté superproducido. Y escuchas comentarios divertidos: “vaya la que ha liado el chino regalando la escopeta”. Qué maravilla tokyo.

miércoles, 10 de enero de 2007

VERDAD

Algunas definiciones: 1/ Aquello que está de acuerdo con los hechos o la realidad. 2/ cabe distinguir la verdad formal; la que proviene del carácter lógico y coherente de las proposiciones que se han enunciado, y la verdad material, la que implica la conformidad de los enunciados con los hechos, con la experiencia. A veces verdad se indentifica con realidad. 3/ Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente. 4/ Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna. 5/ Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente…
Algunas expresiones que incluyen el término: A decir verdad. Le dije dos verdades, la pura verdad, una verdad como un templo, verdades como puños, bien es verdad, faltar a la verdad…

Ya está bien de mentir. Ya está bien de contar mentiras. Ya está bien de creernos definiciones absolutas, palabras importantes, que encierran significados trascendentales para nuestras vidas. La verdad no existe. Punto. No existe. LA VERDAD NO EXISTE. Por qué el sustantivo mentira tiene como verbo mentir? Por qué no existe el verbo veritar? Porque la verdad no existe. Y ahora viene el matiz: como tal, la verdad no existe. Ya está bien. “Papá, es la verdad!” “Qué verdad niño! Si la verdad no existe!!”

La verdad es la estrella de oriente, la mirra del rey mago, la varita mágica de un cuento de hadas, el fin de un laberinto de duendes, el anillo de tolkien. La verdad es nuestro ratoncito pérez. Esa sí es la verdad, así sí que existe. Es un camelo, un cuento de niños, una palabra necesaria para educar, como herramienta de aprendizaje, necesaria hasta que llega el día en que el aprendiz es capaz de entender la subjetividad de las cosas, su imprecisión, que existen sustantivos concretos y otros abstractos.

Mi verdad ya sabéis cual es. Si alguien no la conoce estaré encantado de poder explicarla. Pero sólo mi verdad, no la verdad, de nada. Nada de lo que podáis contarme es la verdad. Sí. Todo depende del color del cristal con que se mira. Siempre hay filtros. Siempre. Cualquier suceso, cualquier historia tiene tantas verdades como personas tengan conocimiento de ella. Probablemente nuestras verdades sí que tienen muchos grados de veracidad, eso sí, de acierto o no. Seguro que el mayor conocimiento de un hecho puede acercarme más a ser acertado que otra persona que únicamente ha tenido acceso a ese hecho a través de otras personas. El conocimiento y la ignorancia son factores que participan en todo este proceso, pero poco tienen que hacer frente al partidismo que alguien quiera darle a su verdad, esté ésta basada en el conocimiento, en los valores, en la experiencia, en el favoritismo, en la huida o en el engaño.
Entonces? Tu verdad es válida, la mía también. Todas las verdades sobre un mismo suceso son válidas, independientemente de los valores o la ignorancia de cada uno. Y para que la verdad de alguien sea extendida y llegue a imponerse como La verdad qué hay que hacer? Yo nada, con la mía me basta. Creo que hay que preocuparse en difundirla, ser persistente y rodearte de quien esté deseando creerla debido a cualquier tipo de afinidad. Cada vez intento menos convencer a nadie de mi verdad, por eso creo que cada vez soy peor conversador, ya que la salsa de una buena conversación es sin lugar a dudas la discusión. Creed lo que queráis. A vosotros mismos si queréis, pero dependiendo de quien estemos hablando puede ser muy peligroso.
De verdad…