
Desde amores perros siento que estoy en deuda con gonzález iñárritu. Amores perros es de esas películas que te dejan sin respiración, conmovido, aliviado e inmóvil, te hace pensar en muchas cosas. Iñárritu propone historias cruzadas, entrelazadas, con aparentes saltos temporales que el espectador va tejiendo durante el transcurrir de los minutos. Distintas capas sociales-económicas y afectuosas, relaciones sentimentales y fraternales, familiares, adulteras. Todas se mezclan y entremezclan, juntos pero no revueltos. Cualquier diferencia social, económica, cultural y racial (muy presente en sus pelis) es puesta de manifiesto. La condición humana. Las distintas maneras de actuar y reaccionar de cada cual siempre ante situaciones límite. Es probable que sea una de las mejores maneras de conocer a las personas. En las poquísimas situaciones límite que he vivido he observado mucho, y he aprendido mucho. Pero gracias a dios soy un aficionado ante el talento de iñárritu. Y el azar. La crudeza de situaciones límites a menudo causadas por acciones azarosas, aparentemente sin importancia, pueden resultar clave en la vida y las relaciones que uno puede tener. Con el azar me gana iñárritu y me gana medem, jeannet.
No es tan buena babel, vaya por delante, pero es una peli de iñárritu. Y eso es mucho. escenas de congoja, momentos agrios, angustia, alivio… de nuevo el azar, la condición humana, el egoismo, los saltos. Pero hay ratos de desconexión. Quizá el problema fue mío y no de la peli, no estoy seguro, pero no me mantuvo firme de principio a fin. Eso lo echo de menos. Qué pena. Qué lástima. Pero es que el listón estaba demasiado alto.
Y una curiosidad final. El espectador tipo. No es el adecuado para este autor. Llamadme elitista. Vale. Iñárritu ha crecido y los mejores quieren trabajar con él. El reparto ahí lo tenéis, por ejemplo. La promoción es muy superior a sus anteriores. Llevada en volandas a triunfar en los oscars. Y claro, todo el mundo quiere ir a verla. Y te ocurre que con los créditos iniciales uno escucha carrusel deportivo a través de unos auriculares demasiado altos de alguien que no debía estar en esa sala. Y en los créditos finales hay gente desencantada, creo que iban en busca de alguna superproducción, no de cine, aunque éste esté superproducido. Y escuchas comentarios divertidos: “vaya la que ha liado el chino regalando la escopeta”. Qué maravilla tokyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario