
La historia se desarrolla en alguna ciudad norteamericana, de esas pequeñas, de pocos miles de habitantes, que viven en esas casas que tienen ellos, con esos jardines no vallados como espacio privado previo cedido a la espacialidad de la calle. Una pequeña comunidad donde no es demasiado difícil tener alguna noción del vecino. Un puñado de personas con actuales circunstancias particulares de índole diversa y alguna rémora pasada que hacen que no sean completamente felices. Intentan soltar ese lastre pasado por la vía directa, hasta que un magnífico desenlace de tres minutos te encoge el corazón tras 140 minutos interesantes pero no apasionantes. Sale uno del cine contento por lo que ha visto, por lo que le han contado y aliviado de cualquier final grotesco, pensando en la dudosa moralidad de los personajes, de la sociedad, y de la más que cuestionable madurez de las personas. Qué es la madurez? Ni idea…
Pero lo bueno llega cuando un par de días después la película tiene la fuerza suficiente como para que te acuerdes de ella y pienses. La moralidad de los personajes es una clave evidente, pero… y la del espectador? Una serie de personajes que engañan, que son infieles, que maltratan, que son hipócritas, pero que todd field tiene la rara habilidad de que los comprendas y hasta te pongas en la piel de ellos, te preocupes por lo que le pasan y te provoquen ternura... somos tremendamente parciales y desde luego nos dejamos llevar casi más por quién nos cuenta la historia y de qué manera que por hechos objetivos…
Sensacional kate winslet, bellísima Jennifer connelly y muy interesante el título original, “little children”, quién es el mentecato que hace las traducciones al español de los títulos de las pelis?
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